Un concierto para regalar esperanza - Entrevista de Pe. Bernardo Vergara

Pe. Bernardo Vergara (eudista): convivi com este santo por um ano e meio.

Orquesta Filarmónica de Bogotá se presenta para apoyar a niños con VIH/sida.
Por: CAROL MALAVER | 9:38 p.m. | 14 de Noviembre del 2012

El padre Bernardo Vergara, de la congregación eudista del Minuto de Dios, comenzó a trabajar con enfermos de sida en las calles del centro de Bogotá en 1988.

Por medio de la Fundación Eudes logró conseguir 19 lugares para fortalecer el trabajo social con las familias y eliminar la discriminación. Por tal razón, y en apoyo de dicha labor, hoy se llevará a cabo el 'Concierto por la infancia con VIH/sida', con la Orquesta Filarmónica de Bogotá, en el teatro mayor Julio Mario Santo Domingo (8 p.m.) a fin de recaudar fondos para la causa. Lo organizan Fátima Mckinley, Fanny de Sarmiento y Luz Ángela Sarmiento de Ardila.

¿Cómo llegó usted al Minuto de Dios?

Me trajo una amiga de la universidad. Me enamoré de la causa social y conviví 17 años con el padre Rafael García Herreros. Luego llegó una vida dedicada a las obras.

¿Qué le aprendió a García? 

El ejercicio de la libertad. Él era un ser reconciliado consigo mismo. También su sentido de denuncia cuando algo afectaba a su comunidad.

¿Cómo fue su encuentro con los enfermos de sida?

Lo recuerdo en el hospital San Juan de Dios. Escuché el grito de una mujer alarmada porque habían abierto la puerta del salón en donde reposaban las personas con sida. Decía que le había llegado el viento. En ese momento los conocí. Empecé a trabajar con los trabajadores sexuales con la enfermedad.

¿Qué paso después?

Empecé a trabajar en la calle. Los cuidaba en las residencias del centro. En esa época recuperé a 15 niños con el virus. Luego abrimos una casa que se mantiene en la localidad de Santa Fe.
Con el tiempo, vinculamos a las familias al proceso de recuperación física y emocional del enfermo.

¿Qué ha logrado Eudes? 

Tenemos 19 lugares de atención en el país, que atienden hoy a 80 niños, entre internos y externos, y a 78 adultos, pero llegamos a tener 200 internos. Las casas están en Bogotá, Cali, Medellín, Cartagena y Neiva. También ayudamos a víctimas de violencia intrafamiliar o de las drogas.

¿A qué le temen los enfermos? 

A ser rechazados por sus familias o en sus trabajos. En Colombia solo el 30 por ciento de las personas VIH-positivas pueden trabajar pero sin que sus patrones sepan que están infectadas. La estigmatización de la mujer es peor por su rol como madre o esposa.

¿Qué sienten los niños?

No manejan el rechazo como el adulto porque no tienen claro su proyecto de vida; en cambio el joven sí. El niño sufre es por tener que tomarse los medicamentos.

¿Qué debe cambiar para que cese la discriminación?

Hay que acercarse a Dios. La discriminación es un virus social. Hay mucha gente religiosa que no da el salto hacia lo espiritual.
Hay mucha gente que vive en medio de la ignorancia y que no quiere salir de ella, como los vecinos que nos echaron de la comunidad por atender a enfermos de sida o cuando pretendieron quemar nuestras sedes. Da tristeza que exista gente así. Hay un virus moralista que mata a más personas.

¿Qué lo conmueve?

Un estudio dijo que no era prudente armar una figura paterna en el trabajo en una fundación con cosas como que los niños le digan a uno 'papi'. Un día yo les expliqué eso. Ellos se pusieron muy tristes y me dijeron que eso era un problema grave: ¿a quién le iban a decir 'papi'? Les dije: 'Olviden lo que les acabo de decir'.

¿Cómo es el evento de hoy? 

Es a las 8 p.m. La idea es la consecución de recursos para las fundaciones Eudes y Planeta Amor a través de la venta de entradas. La idea es que la sociedad se sensibilice. Ojalá uno no necesitara conseguir recursos, sino más bien dedicarse al trabajo con los enfermos, pero, igual, siempre hay gente que regala amor.


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